Anteriormente hablamos sobre qué es y las causas de la incontinencia fecal (leer artículo). En este nuevo artículo te contamos sobre los tratamientos existentes para esta situación
HABLEMOS DE TRATAMIENTOS…
El interrogatorio y la evaluación física resultan fundamentales para orientar tanto el estudio como su manejo en forma integral. Existen múltiples opciones de tratamiento médico y quirúrgico para el tratamiento de la incontinencia fecal.
La rehabilitación pelviperineal es una de las estrategias más exitosas ya sea como tratamiento exclusivo o coadyuvante a la terapia quirúrgica.
Rehabilitación pelviperineal:
La Rehabilitación Pelviperineal (RPP) hace parte del tratamiento actual de la incontinencia fecal y debe incluir una valoración inicial, que de acuerdo a los resultados, se plantean los objetivos de la reeducación y tratamiento y en lo posible sesiones de control. Esto requiere generalmente de 10 a 12 sesiones en un periodo de 1 a 3 meses.
Dentro de los objetivos que se pueden plantear, mencionaremos los más importantes:
- Fortalecimiento del esfínter anal.
- Reeducar la coordinación entre el recto y el esfínter anal
- Mejoría del umbral de sensación rectoanal.
- Reeducación de reflejos.
Estos objetivos se reflejan, en una eliminación o disminución de la frecuencia y severidad de la incontinencia fecal y en la capacidad de diferir la defecación durante más tiempo para los casos de urgeincontinencia.
Asimismo, el uso de biofeedback es útil para mejorar la acomodación rectal y la sensibilidad rectal, factores de gran importancia en la fisiopatología de la incontinencia fecal.
Estos ejercicios se realizan con el objetivo de mejorar la percepción de la zona anal, aumentar la fuerza de los músculos encargados de la continencia fecal y mejorar la coordinación de los mismos para garantizar un mejor cierre voluntario del ano y así prevenir los escapes indeseados
- Ejercicios de fortalecimiento de los músculos estriados para fibras tónicas y fásicas.
- Aprendizaje del bloqueo perineal al esfuerzo.
- Biofeedback para mejorar la conciencia y propiocepción perineal, así como para aumentar la potencia y la duración de la contracción muscular. En la rehabilitación por medio del BFB, se puede plantear una serie de objetivos que dependerán y se adaptaran a las alteraciones fisiopatológicas que presente el paciente. Es importante que el paciente recupere la “localización” cortical (capacidad de contraer voluntariamente) del conjunto muscular pelviano, así como su capacidad de “disociación” a nivel de grupos musculares (capacidad de contraer sólo un grupo muscular específico).
- Electroterapia: El tono del conducto anal se debe principalmente a las fibras lisas, por lo cual si la lesión es de la musculatura lisa la actuación será limitada, pero se puede estimular sobre el 20-30% restante del tono de los músculos estriados.
- Manejo de cicatrices, si es el caso.
- Neuromodulación tibial posterior (NTP): Este procedimiento se basa en que el NTP nace de las raíces nerviosas L4, L5, S1, S2, S3 y contiene fibras sensitivas y motoras. La estimulación de estas a nivel periférico trasmitiría un impulso hacia las raíces sacras y así en forma retrógrada neuromodularía el recto y los esfínteres anales.
- Cirugía Esfinteroplastia: La indicación de cirugía está reservada para aquellos pacientes que padecen de incontinencia fecal que no responden a los tratamientos conservadores, incluyendo RPP y NTP, en presencia de un daño anatómico esfinteriano, susceptible de reparación quirúrgica.
Todo lo anterior guiado SIEMPRE por un Fisioterapeuta.
PARA TENER EN CUENTA:
- Es importante cambiar de alimentación: Evitar el exceso de carne y productos refinados, Comer frutas y verduras, Tomar suficiente agua.
- Evitar el sedentarismo, hacer diariamente ejercicio.
- Dejar de fumar si es el caso
- En caso de sobrepeso u obesidad, se recomienda bajar de peso.
- Defecar siempre que se sienta la más mínima necesidad de ello. No posponerlo.
- PROCESO DE DEFECACIÓN: En primer lugar es importante adoptar una postura correcta que ayude a la eliminación de las heces, esta consiste en colocar las rodillas en una posición más alta que las caderas (para ello se puede emplear un banquito en el que apoyamos los pies), con una ligera inclinación hacia adelante del tronco de forma que los muslos y el tronco formen un ángulo de unos 35º aproximadamente, sin encorvar la espalda. Y en segundo lugar, manteniendo esta posición, no realizar ningún tipo de pujo (esfuerzo defecatorio), ni dejar de respirar para que las heces vayan saliendo.
Artículo escrito por nuestra especialista Sandra Milena Carreño Mantilla, fisioterapeuta de la Universidad del Rosario, Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Máster de Fisioterapia en Pelviperineología.
Ha realizado múltiples estudios con enfoque en el área pelviperineal en adultos y adultos mayores tanto a nivel de promoción, prevención y reeducación; manejando técnicas y tecnologías innovadoras en este campo.